En el entorno inmediato

Durante mi baja por maternidad, hace años, nos dimos cuenta de que el horario de las guarderías locales no era compatible con mi horario laboral de jornada completa más el tiempo de desplazamiento. Mi marido ganaba bastante más que yo, por lo que dependíamos más de su sueldo que del mío, así que pedí una reducción de jornada en el trabajo. Me dijeron que no, y acabé renunciando a mi puesto de trabajo. Fue la primera vez que nos vimos perjudicados por un obstáculo a la conciliación. Actualmente, las empresas están obligadas a conceder una reducción de jornada - o una reorganización de jornada - por el cuidado de un menor o familiar.

¿Cómo lo consiguen quienes practican la Corresponsabilidad o la Conciliación? Tienen que poner de su parte todos los miembros [adultos] de la familia, pero aún con eso no es suficiente. También es necesaria la colaboración de la empresa, ahora regulada por el estado. Sin este último factor, las familias - y sí, todavía en mayor proporción las mujeres - se pueden ver en un círculo vicioso que perjudica a todos a largo plazo.

¿Y a quién beneficia? En principio beneficia a toda la familia practicar la Corresponsabilidad o la Conciliación. Pero opino que ayuda doblemente a las mujeres, porque nos permite evitar perder años de vida laboral - lo cual influye luego en las prestaciones y las pensiones - nos permite tomar tiempo para nosotras mismas a nivel personal, nos permite descansar cuando corresponde (en lugar de seguir trabajando con la dichosa doble jornada, o cuidando a los nietos, por ejemplo) y más.

La pandemia ha mandado a muchas personas al teletrabajo y, aunque no sea la situación más idónea de cara al rendimiento, de alguna manera ha puesto en evidencia un elemento importante que supone dificultades para la conciliación.

                                                               [Imagen libre de Pexels]


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